La boda de Marina y Diego

La boda que os traemos hoy es de la de Marina y Diego: Novios guapos, Sevilla y Abril, ¿qué más se puede pedir? Atentas a las fotos! gracias a ellos hemos conocido a los fotógrafos ISAxDIEGO y nos han parecido una pasada. Nos nos extendemos más y os dejamos con el relato de la novia!


Era 12 de abril del 2014, Sevilla. Elegimos sin dudar esa fecha porque era nuestro noveno aniversario… ya tocaba! Una mañana nublada pero de esas que se arreglan por la tarde. La verdad que no nos preocupaba demasiado porque habíamos elegido un lugar privilegiado a la orilla del Guadalquivir que lucía tanto con lluvia como con sol radiante.

De entrada os diré que tanto Diego como yo somos personas súper prácticas, poco organizados y bastante tranquilos. Así que desde el primer momento supimos que si queríamos sobrevivir a este trance, tendríamos que coger el camino sencillo. Nada de cuentos de hadas, ni florituras DIY…

Llevábamos una cuadrilla de lujo: maquillaje de Christiane (maquilladora de MAC), vestido de Teresa Baena, fotos de los grandísimos ISAxDIEGO, vídeo de Cayuela VIDEOS, videomatón divertidísimo de TCB eventos musicales,  así que nada podía salir mal.

Por más que me preguntaban, no conseguí estar nerviosa hasta que no puse un pié en la puerta de la iglesia. Elegimos Santa Ana, en Triana. Grande, alta, preciosa y que además quedaba a 5 minutos andando del restaurante de celebración. La combinación perfecta.

La ceremonia no fue nada del otro mundo, todo salió según lo previsto, sin objetores, ni anillos rodando por el suelo, ni zapatillas de andar por casa en vez de tacones, ni ninguna de esas historias con las que tienes pesadillas todos los días los meses previos a la boda. Así que todos contentos y al salir fuimos todos andando al lugar del banquete.

Elegimos Abades Triana, en vez de una hacienda, ya que en esa fecha en Sevilla nos arriesgábamos a que cayera un tormentazo que nos estropeara todo el esfuerzo de tantos meses. La verdad es que no fue una decisión fácil, pero después de muuuuuchos disgustos y desencuentros muyyy desagradables con el restaurante (no aptos para cualquier corazón) conseguimos llegar a un acuerdo entre las partes sin morir en el intento. Creo que finalmente mereció la pena :) 

Como nos horrorizan las bodas eternas en las que no terminas de comer nunca, pensamos que la opción que más se adaptaba a nuestra idea de “fiesta” era una cena tipo cocktail, es decir, una cena suficiente para no pasar hambre pero servida en bandejas y bodegones.

Una opción comodísima para nosotros y que recomendaremos siempre a cualquier valiente que quiera atreverse, ya que no tuvimos que pelearnos cuadrando mesas y los invitados podrían hablar con todo el mundo, moverse por la sala y  salir a la terraza cuando quisieran. Teníamos un poco de miedo a que la gente no pudiera sentarse y se cansara de estar de pie, pero por suerte había suficientes sillas y mesas para casi todos y finalmente todo salió super bien :) 

Cremitas, cazuelitas, ensaladas, sushi, quesos, jamón, cócteles, dulces, copas, chupitos y una tarta muy especial de Marikukis ¡No faltó nada!

Nos lo pasamos en grande. Entre Photocall, reggaeton, el limbo, video sorpresa de nuestra historia, entrega de ramo, sevillanas, disfraces y coreografia improvisada de Grease no paramos ni un segundo. Bailamos hasta altas horas de la madrugada (gracias a las bailarinas de esparto tan necesarias para las invitadas) y tenemos un muy muy grato recuerdo de ese día que podrá ser el mejor de tu vida o no (según lo romántica que seas), pero sin duda será siempre un día para rodearte de todos los tuyos y recordar para siempre.

¡Pero que nos gusta poder enseñaros bodas bonitas en las que los novios irradian felicidad! 

¿A vosotros qué os ha parecido? ¿Os gusta tanto como a nosotras? 

¡Muchos besos y feliz lunes!


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